Un viaje en el tiempo a través de la espacialidad en la zona poniente del Centro Histórico
- Eduardo Towers Veytia
- 18 abr
- 4 Min. de lectura
Introducción
El acto de caminar, trasciende a la mera locomoción, es una actividad humana fundamental, que se convierte en un medio esencial a través del cual se configura nuestra espacialidad y territorialidad en los entornos urbanos.
Este acto aparentemente simple, ha sido objeto de estudio en diversas disciplinas, desde la filosofía y el arte, hasta la antropología, la sociología, la geografía y el urbanismo, subrayando su profunda significación en la vida humana.
Es en el contexto urbano, caminar no sólo facilita el desplazamiento, sino que también moldea la manera en la que interactuamos con el espacio, el territorio, otros individuos y con la diversidad multi-identitaria que tiene la ciudad.
Hace unos meses, llegó a mis manos un libro, que se titula “Caminatas por la Ciudad: Historias y escrituras por las calles”, es una compilación realizada por Gabriel Poot, y es un libro editado por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México.
Entre sus páginas, tuve a bien encontrarme con un capítulo que capturó mi imaginación de manera especial: “De Paseo al Paseo. Áreas verdes y espacios recreativos al poniente del Centro Histórico”, del Dr. José Fernando Madrid Quezada, quien es un colega, egresado del posgrado en urbanismo de la UNAM, así como del campo de conocimiento Análisis Teoría e Historia de la Arquitectura y la Ciudad.
Este texto es un recorrido histórico y reflexivo por varios espacios y lugares emblemáticos en la zona poniente del Centro Histórico de la Ciudad de México, en la colindancia fronteriza entre el perímetro A y el B, y el camino comienza desde la Alameda Central. Más que una simple descripción geográfica, Fernando Madrid nos invita a pasear a través del tiempo, explorando las múltiples capas de significado que estos espacios y lugares, han acumulado a lo largo de los siglos. En este ensayo, compartiré mis impresiones sobre este viaje literario, destacando los aspectos que considero más relevantes y significativos.
Desarrollo
Desde el inicio, Fernando Madrid nos sitúa en un contexto temporal específico: una soleada mañana de domingo de 2018. Este detalle, aparentemente trivial, nos ancla en el presente mientras nos prepara para un viaje al pasado. La premisa es clara: la Alameda ha sido testigo de innumerables transformaciones, y caminar por sus senderos es, en cierto modo, desentrañar las huellas de la historia. Y lo mismo pasa, al hacer el recorrido por los diferentes lugares por dónde se realiza el recorrido, y bien dice Fernando, la Ciudad de México es para pasearla, para recorrerla.
Uno de los aspectos que más me impactó fue la forma en que Fernando, describe la evolución de la Alameda. Desde su concepción original como un espacio para el esparcimiento de los vecinos en el siglo XVI, hasta su transformación en un jardín barroco en el siglo XVIII, y su posterior adaptación a los gustos y necesidades de la sociedad moderna. El autor nos muestra cómo este espacio ha sido testigo de la historia de la ciudad, desde la época virreinal hasta el México independiente y el porfiriato.
Me pareció particularmente interesante la reflexión sobre la relación entre el arte y la naturaleza en la Alameda. El autor destaca la presencia de monumentos, fuentes y esculturas que han enriquecido el paseo a lo largo del tiempo. La descripción de la Fuente de las Ninfas, la Fuente de las Américas y el Monumento a Juárez, por ejemplo, nos permite apreciar la importancia de estos elementos en la configuración del espacio y su significado cultural.
Otro punto que resonó conmigo fue la reflexión sobre el arbolado de la Alameda. El autor nos recuerda que, más allá de las estructuras y los monumentos, son los árboles y las plantas los que dan vida a este espacio. La descripción de las diferentes especies que han poblado la Alameda a lo largo del tiempo, desde los álamos originales hasta los fresnos y las jacarandas, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la naturaleza en el entorno urbano.
Siendo este lugar, un buen punto de partida, el recorrido apenas comienza: adentrarse en Av Bucareli, llegar a la Glorieta del Reloj Chino, pasar junto a lo que era la Privada Residencial “Dondé” ( lamentablemente gentrificada), doblar hacia las plazas de La Ciudadela (hoy Biblioteca México y Centro de la Imagen), pasar por el mercado de artesanías, enfilar hacia la calle de Ernesto Puguibet, llegar al conjunto habitacional Carlos Pacheco con su plaza (cuya historia abordará en otra entrada), la Academia de la Historia, seguir hacia el Mercado de San Juan, la Plaza de San Juan, continuar por la calle de Dolores, pasar por el Barrio Chino, y regresar al punto de partida, la Alameda Central.
Finalmente, Fernando nos lleva a reflexionar sobre el significado del acto de pasear en sí mismo. Pasear no es simplemente caminar por distracción, sino un acto cargado de significados y asociaciones. Es una forma de experimentar la ciudad, de conectar con su historia y de disfrutar de sus espacios públicos.
Conclusiones
En resumen, "De Paseo al Paseo" es un ensayo que va más allá de la simple descripción de un lugar. Es una reflexión profunda sobre la historia, la cultura y el significado del espacio público en la Ciudad de México. A través de su amena narración y sus agudas observaciones, Fernando nos invita a redescubrir la Alameda Central y el espacio público que la rodea, así como, a apreciar su riqueza histórica y cultural. Este texto inspira al lector a salir a la calle y recorrerla, no necesariamente el Centro Histórico, sino cualquier zona. Al final, hacer urbanismo o arquitectura implica recorrer, analizar, observar y apreciar la ciudad.
Fuente:
POOT, Gabriel [coord] (2023): Caminatas por la ciudad: historias y escrituras por las calles. Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, 224 pp. ISBN-978-607-8931-20-0
Hola, soy Luna, con mi nombre real 😅
Muy interesante tu reseña, me recuerda mucho a un guía turístico explicando durante un recorrido. Me dio ganas de comprar ese libro y de conocer tan maravillosa ciudad. Y por supuesto, mis felicitaciones por tu manera de escribir, es inmersiva y te invita a leer hasta el final