Un encuentro que va más allá de la cámara | fotoWalk 2025
- Eduardo Towers Veytia
- 2 oct
- 4 Min. de lectura
El acto de caminar, una actividad humana tan fundamental y a menudo inconsciente, trasciende la simple locomoción cuando se vive en un entorno urbano. En el contexto de los estudios urbanos, el arte de caminar y pasear implica una conexión consciente y deliberada con el paisaje de la ciudad, que involucra la percepción sensorial, la interacción social y la reflexión personal. Va más allá de la simple función de ir de un lugar a otro para enfocarse en la experiencia de recorrer e interactuar con el entramado urbano. Este concepto tiene profundas raíces históricas en la figura del flâneur, un arquetipo del siglo XIX que deambulaba por las calles con una observación desapegada, encontrando entretenimiento en el espectáculo de la vida de la ciudad. Al añadir la fotografía a esta caminata, se genera una nueva forma de arte: observar desde una pantalla o mirilla el espacio urbano, la gente, las actitudes y la arquitectura, lo que puede resultar en una buena composición fotográfica.1
Hacía mucho tiempo que no salía a tomar fotografías en grupo, ya que por lo general lo hago solo o en recorridos que no son específicamente para ello. La última vez que lo hice fue con lo que quedaba del grupo DFlickr, y de eso deben haber pasado unos 13 años. No recuerdo bien si fue para fotografiar los festejos por el triunfo de un equipo de fútbol, cuando la mayoría de los sobrevivientes del DFlickr nos reunimos en el Ángel de la Independencia. Fuera de ese evento, fue la última vez que salí explícitamente con un grupo de fotógrafos a retratar lo que estaba ocurriendo.


Para este recorrido del fotoWalk 2025, la cita fue a las diez de la mañana en la explanada del Palacio de Bellas Artes. Sin embargo, no contamos con que el centro de la ciudad estaría cercado con vallas debido al aniversario de Ayotzinapa. Desde mi punto de vista, esto no afectaba las fotografías, sino que aportaba otros elementos interesantes para su interpretación.

Como buen habitante de la metrópoli, los traslados en transporte público se tienen que hacer con tiempo, considerando el bus y el metro para todo. A pesar de esto, llegué casi a las 10 de la mañana, me sorprendí con las vallas y le di dos vueltas al palacio. Al llegar a un costado, donde está la figura ecuestre de Madero, me puse a buscar a alguien con mochila de fotógrafo o con elementos en la vestimenta que lo identificaran como tal. Justo enfrente de mí estaba Roberto, un fotógrafo profesional que venía al fotoWalk. Con él, pudimos llegar al otro punto de reunión, frente al Palacio de Bellas Artes, en la entrada del Sears sobre Juárez.
En ese lugar ya nos esperaba nuestro anfitrión y organizador del recorrido, Luis Sandoval. Cabe mencionar que yo no conocía a nadie personalmente; muchos de ellos se conocían de otros recorridos o por cuestiones profesionales. Lo interesante es que a todos nos unía de alguna forma u otra la pasión por la fotografía.
Hacer fotografía callejera no es fácil, sobre todo cuando se involucra a la gente. En un momento, durante el recorrido, llegamos a este punto de discusión debido a las implicaciones éticas de tomarle retratos a las personas. Siempre es importante entablar un diálogo antes de hacer la fotografía.
Nuestra foto grupal la tomamos a un lado de La Casa de los Azulejos (Sanborns) después de algunas dificultades para hacerla en el punto de salida. De ahí caminamos por Filomeno Mata hasta la Plaza Tolsá, donde tomamos otra foto grupal. Recorrimos 5 de Mayo hasta llegar a Motolinia para entrar a Madero y de ahí dirigirnos a la Plaza de la Constitución (Zócalo).

A pesar de ser un grupo pequeño, nos dispersamos bastante en el trayecto, aunque todos terminaban llegando a los puntos de encuentro. Doblamos por 5 de febrero hacia el norte, luego en Guatemala para llegar a la Plaza Manuel Gamio. Ahí esperamos un rato, caminamos frente a la Catedral Metropolitana y, después de recorrer la calle de Palma, llegamos al punto final: el Café La Parroquia (esquina de La Palma y Venustiano Carranza). Allí pudimos seguir la charla, compartir experiencias, intercambiar datos de contacto y disfrutar de unos lecheros y bombas.

Si has llegado hasta aquí, querido lector, quizá te preguntes qué tiene de especial este recorrido. Lo que hizo único a este fotoWalk es que se realizó el mismo día (27 de septiembre) en cinco continentes, con una gran diversidad de ciudades y casi 1500 participantes a nivel mundial.
Todo esto fue posible gracias a foto, una aplicación para compartir fotografías que se presenta como una alternativa a las redes sociales tradicionales como Instagram. Su objetivo principal es volver a la esencia de la fotografía, eliminando las distracciones y el ruido.

Lo que hace a foto diferente es:
Sin publicidad ni videos: La plataforma se enfoca exclusivamente en imágenes. No verás anuncios ni videos que interrumpan tu experiencia.
Enfoque cronológico: El feed o línea de tiempo muestra las fotos en el orden en que se publicaron. No hay algoritmos que decidan qué fotos debes ver, lo que asegura que no te pierdas el trabajo de nadie.
Sin conteo público de "me gusta" o seguidores: Se elimina la presión y la comparación social. Al no mostrar estos números, se busca que la gente comparta su trabajo por amor a la fotografía y no para obtener validación.
Comunidad y conexión: La aplicación está diseñada para fomentar un ambiente más tranquilo y reflexivo. Se enfoca en la conexión entre artistas y personas que simplemente aman las imágenes, en lugar de ser una competencia por la atención.
Referencias:
Villa, Katherine (2020). “Pasear con el paseante: Walter Benjamin, la pregunta por el flâneur y el sujeto del capitalismo.”, Revista Tesis Psicológica, 15(2) 148-162. https://doi.org/10.37511/tesis.v15n2a8
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